Existen diversos estudios médicos que relacionan la ingesta de ácidos grasos omega 3con la reducción de la inflamación y la ansiedad. De hecho, se han realizado estudios en escolares y se ha visto que altas dosis de estos ácidos grasos poliinsaturados disminuyen los nervios y la depresión.
Además, disminuyen el colesterol, controlan la presión sanguínea y también se ha visto que pueden frenar el deterioro cognitivo asociado a la edad y potencian la memoria.
Asegura en tu dieta diaria buenas fuentes de omega 3. Lo encontrarás en alimentos como el pescado azul (salmón, atún...) y en semillas de linaza por ejemplo.
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